Parece que hubo que esperar aquel titular de la BBC afirmando que el lince vuelve a ser libre en España, tras entrevista rutilante
al Director del Programa Life-Lince el pasado mes de abril, para que la ruina
haya caído sobre la especie como la crisis sobre el españolito.
Cinco linces muertos y no hemos podido saber que urgentes iniciativas están, o estaban,
ya en marcha, o bien, se van a iniciar
para acabar con esta broma. Escribir cada semana una nota de protesta indignada,
no es lo que persiguen las diversas asociaciones conservacionistas españolas,
ni supongo, sobre lo que les agrada escribir a los periodistas sensibilizados
que se ocupan de ellas. Desde luego, es la última ocupación que deseamos
atender en el Club de Doñana.
Tal vez los avatares electorales les han impedido a nuestros
dirigentes políticos y funcionarios ocuparse de ello. O tal vez les da pánico
que se les asocie a estos tristes sucesos. Ambas alternativas son igualmente
descorazonadoras.....(pulse "Texto íntegro" para leer todo el contenido)
Porque se sabía que esto podía pasar desde que se puso en
marcha el Life, que como hemos venido insistiendo era, y es, algo más que la
cría en cautividad, el “radiomarcado”, y la puesta en esa, al parecer, tan
anhelada libertad para el felino.
La recuperación del hábitat, la superación de su
fragmentación por las infraestructuras y los usos del suelo, la creación de
corredores, y la persecución de practicas y hábitos cinegéticos de siempre, pero
ilegales, (cepos y venenos más o menos tolerados), siguen hoy, como estaban en
el año 2005, sin afrontar con resolución.
Desearíamos escribir pronto en este blog una nota,
coincidiendo incluso con la periodista de la BBC, respaldando la iniciativa del
Consejero andaluz, Sr. Planas, adoptando estas y aquellas iniciativas para atajar
este chorreo que deviene ya en
continúo. Y tampoco estaría mal sorprendernos con una brillante acción de
nuestra guardería forestal, apoyada por el Seprona, identificando y deteniendo a alguno de los
desalmados que aún quedan sueltos por el campo español. Pero estas notas, sin duda, serán
escritas, suponemos, deseamos, otro día.
Hoy no vamos a insistir en lo que le está costando al
contribuyente europeo y español esta broma, y qué personas son responsables de ello,
pero no de deja de dar escalofríos pensar que nos hemos acostumbrado, no sólo a
que se gestionen mal los bancos, por ejemplo, sino también otro tipo de
Programas, que por su contenido e importancia vital, obligaría a sus
responsables a mostrar una mayor exigencia moral: el dinero dedicado a
conservar la naturaleza en nuestro país es ridículo, y encima se tira.
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