Cuando desde hace años las noticias sobre Doñana son siempre negativas, producto de un desarrollismo depredador e insostenible en su entorno y de la inacción de las Administraciones autistas e insensibles, la Justicia ha venido en ayuda de Doñana con la paralización definitiva del inconcebible y faraónico plan de dragado del río Guadalquivir, asunto al que ya desde hace años, concretamente desde que estábamos en el Patronato de Doñana, nos opusimos, dentro del mismo, y en fechas posteriores a través de escritos denuncias y manifestaciones públicas.
Se puede decir que la vía jurídica es la única que en la actualidad le queda a la sociedad para poder detener las constantes, e in crescendo, agresiones a nuestra naturaleza y medio ambiente.
Queda ahora detener el inconcebible plan de almacenamiento de gas en el subsuelo de Doñana, paralizar y cerrar de una vez todos los pozos ilegales que en el entorno del Parque Nacional están contribuyendo a la desecación de las marismas de Doñana, así como conseguir que no se autorice la reapertura de la mina de Aznalcóllar de tan triste recuerdo.
Los miembros del Club de Doñana ya sólo confían en que jueces sensibles apliquen el más que abundante y nítido Derecho Ambiental para defender los amenazados ecosistemas de Doñana, Patrimonio de la Humanidad.
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